Contribuye a robustecer esta fama de sabiduría su voz grave y campanuda, la entonación dogmática y sentenciosa de sus discursos y la estudiada circunspección y seriedad de todos sus actos.
Refrán popular que en forma sentenciosa significa, bajo la comparación de un petate con un colchón, es preferible pobreza honrada a riqueza sospechosa.