Es decir, se trataba de una herramienta no panfletaria o propagandística con un discurso que, sin eufemismos, se presentaba como profesional y equilibrado.
En el periodo preelectoral, como es usual en la democracia parlamentaria, los partidos políticos en contienda suelen librar batallas verbales y combates propagandísticos.
Los noticieros oficialistas y los noticieros anti-oficialistas son maquinarias propagandísticas que (por fortuna) no le generan confianza a la mayoría de la población.