No quieras perderme por tan breve deleyte y en tan poco espacio, que las mal fechas cosas, después de cometidas, más presto se pueden reprehender que emendar.
Tomó cuatro escudos, ocho lanza y cuatro yelmos de bronce adornados con espesas crines de caballo; y, llevando se lo todo, volvió presto adonde se hallaba su padre.