Lo que era glamour estancieril-polista se está diluyendo en peleas públicas, despidos de consultores, golpes de timón en la estrategia, y descontrol generalizado.
O sea que estaremos firmes junto al pueblo, alentando a nuestro / as basquetbolistas, tenistas, polistas, ciclistas y, algunos, a sus lobbystas o a sus psicoanalistas.