Ha llegado el momento de reconquistar la libertad y el verdadero poder ciudadano, de derrocar a los plutócratas e instaurar una verdadera democracia participativa.
Los grupos que ocupan actualmente los patios de los plutócratas deberían responder rápido y sin equívocos a la crisis de los derechos humanos que atraviesa la comunidad de obreros inmigrados.