Cubano digno es el que no cría a sus hijos como pichones boquiabiertos que pían todo el tiempo por la pitanza, ni como regalones egoístas dotados solamente para la prebenda.
Me he fijado también en la proliferación de mendigos y de perros callejeros - - signo inequívoco de miseria -, merodeando comercios y establecimientos de comida en busca de alguna pitanza.