La industria neocelandesa, de moderado desarrollo, se concentra en la producción de alimenticios, maquinaria, textiles, automotores, cementos, curtiembres, vidrio, energía, siderurgia, petroquímica y productos derivados de la explotación maderera.
Según sus palabras, a estas alturas ningún país latinoamericano puede darse el lujo de desmerecer la importancia de la petroquímica en la vida moderna.
Hacen fila para declararse en bancarrota muchos otros sectores productivos: electrodomésticos, metalmecánica, petroquímica, autopartes, arroz, carne de res y un larguísimo etcétera.