Tiene sombra, trasparencia, peso, plumas, pelos, tiene de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto trasmigrar de patria, de tanto ser raíces...
Mientras por dentro insultaba a mi padre (y por fuera también, para que me escuchara desde el living), sacaba aquellos fétidos mazacotes de jabón podrido y pelos.
Los tarsos suelen llevar en su último artejo un par de uñas, y, además, entre éstas se desarrollan a menudo ampollas, lóbulos o pelos táctiles, que reciben nombres diversos.