Y sobre todo, gestión responsable de nuestros impuestos, ese dinero es sagrado, que se dediquen al bien común, no a pagar a su ejercito de paniaguados.
Y también me resulta insoportable que tertulianos paniaguados intenten trasladar a la opinión pública ese optimismo gubernamental de que pronto estaremos mejor, cuando no hay datos objetivos que lo demuestren.