Lamenta el uso de los caparazones de quirquincho para matracas, charangos y otros pero advierte que hay usos tradicionales que sobrepasarían inexplicablemente las leyes establecidas.
Esas orquestas incluían instrumentos de percusión, entre los que destacaban las matracas, los crótalos, los cascabeles y los tambores, que ayudaban a acompasar el ritmo de las canciones.
Al multiplicar así las matracas ideológicas, la burguesía procura evidentemente desviar la reflexión de la clase obrera, separándo la de sus preocupaciones de clase.