Si no has llegado a esto, estés donde estés, cosecharas los frutos tarde o temprano, si tus hijos resultan problemáticos, todos lujuriosos, no se asombren.
Cerca de la cúspide, los lujuriosos o pecadores carnales sufrían las embestidas de una tempestad eterna, símbolo de su incapacidad para controlar los deseos.