Las beguinas eran una asociación de mujeres que de manera individual organizaban celdas, con frecuencia cerca de un hospital, abadía o una leprosería, donde podían rezar y prestar servicios manuales.
Trillar en la labranza, bajar a alguna mina; ser buzo una semana, visitar los asilos, las cárceles, las ruinas; jugar con los párvulos, danzar en las leproserías.