De esta manera, aumentarían los radicales libres, responsables de los procesos degenerativos crónicos, como hipertensión, arteriosclerosis, entre otras enfermedades.
En él explica cómo nuestros estados emocionales pueden favorecer todo tipo de enfermedades: hipertensión, disfunciones cardíacas o trastornos nerviosos de diferentes tipos.