Hostel con piscina, bar-restaurante con pista de baile, wi-fi como un tiro, habitaciones y camas limpísimas... y música ambiente funk por el hilo musical.
Las paredes de piedra maciza medían aproximadamente cincuenta centímetros de ancho, con habitaciones distribuidas alrededor de un patio central en dos plantas, decorado con tinajones de barro cocido y cactáceos.
Milcha continúo los ensayos de separación y sobre todo, repartir los utensilios, las opas las provisiones entre las dos habitaciones: la caverna y el establo.
En los baños de algunas habitaciones y áreas comunes también observaron jaboneras de lavamanos rotas, excusados manchados y con tapas rotas, mohosidad en lavamanos, piso de duchas y espejos.
El proyecto completo contempla 230 y son espacios de 68 metros cuadrados, de dos habitaciones, dos baños, servicios, techo de machihembrado, tejas, en lo que representa una estructura tradicional.