Usar instrumentos de época para la música barroca me parece muy bien, pero en nuestras orquestas modernas tenemos también formidables stradivaris y guarneris.
Todos recordaremos formidables campañas para sensibilizar a la población (conductores o no), sobre la trágica asociación entre alcohol y siniestralidad.
Pero tenían que superar las desventajas del instrumento: la forma antigua de afinación y encordadura creaba dificultades formidables en la ejecución de música compleja.