Ese día va a ser espeluznante; ese día nuestras esperanzas, si es que todavía las tenemos, caerán procelosas como guano de paloma sobre testas peladas.
Concientes en conexión con el presente... con sonrisas, esperanzas, con pies doloridos, con ansias de llegada... con sueños... con abundancia... o quizás en escasés.
Pero cuando enterramos recién nacidos, enterramos el futuro, inmanejable y dseconocido, lleno de promesas y posibilidades, de logros teñidos de esperanzas color de rosa.