Se desusa la zona dolorida y se da una respuesta como ansiedad, preocupación, focalizando la atención en el problema del dolor y si esto sucede aumenta su dolor.
Otros síntomas que pueden ocurrir incluyen cansancio, fiebre, garganta dolorida, dolores de cabeza, ronquera, pérdida de apetito, y glándulas hinchadas.
Las técnicas más utilizadas son la masoterapia (superficial y lenta), termoterapia (lámparas solares e infrarrojos) e hidroterapia (duchas de agua caliente a presión sobre la zona dolorida).