La identidad ya no importa realmente y todo se mezcla en dislocaciones anatómicas, fragmentaciones y transformaciones convirtiéndose en un cúmulo de emociones imparables.
Ahí, próxima pero infinitamente alejada, se encuentra la dislocación, en el interior sin adentro de la lengua, pero abierta hacia fuera de lo completamente otro.
En este escenario, la falla de la comunidad internacional a establecer mecanismos de seguro contra dislocaciones financieras representa una amenaza a la recuperación global.
En este proceso ocurren internamente dislocaciones cristalinas masivas, los bordes de grano se acuñan unos contra otros, ocasionando el aumento en la dureza.