El pueblo no tiene por qué renunciar a sus derechos básicos a favor de una clase política demagoga e incapaz de proponer soluciones sensatas al problema de la criminalidad.
No es nada de anti mujer decir que una mujer puede ser pilla, asesina, corrupta, traquetera, demagoga, traicionera o cualquier otra característica maligna, porque es una realidad.
A un movimiento socialista que tire hacia la hipocresía más demagoga tarde o temprano levanta el velo pero, la palabra social se refiere y queda a la sociedad.