Además los colectivistas deberían aprender a recibir y aceptar críticas, contrapropuestas y sugestiones de modificaciones como parte normal del diálogo, sin personalizar.
A los sindicatos se los ha tenido en interminables procesos de negociación pautados por la falta de respuestas, ausencia de reuniones o, alternativamente, contrapropuestas provocadoras.