Todo confluye en ella: acontecimientos ajenos, sucesos vividos, casualidades, mediante una trabazón aleatoria de cruces, correspondencias, asociaciones de la memoria, iluminaciones súbitas, corrientes alternas.
A partir de ahí, podemos pensar que los distintos ocultadores actúan así por convergencia estratégica (no necesariamente conspiradora) o bien como consecuencia de una serie de casualidades aisladas.