La historieta tiene algo maravilloso, indudable, para el cine que es la nieve mortífera que, como arma, es más sofisticada que los gurbos y los cascarudos.
Es curioso, porque me acuerdo que cuando era chica había bastante variedad: más aguadas, más hilachudas, más grandes, más chicas, mas verdosas, más amarillentas, más o menos cascarudas.