En estos momentos las aurículas están en diástole, recibiendo sangre constantemente por las venas y acumulándo la ya que las válvulas bicúspide y tricúspide están cerradas.
Cuando los ventrículos se llenan de sangre, debido a la presión que ésta ejerce, las válvulas tricúspide y bicúspide se cierran, produciendo el primer ruido cardíaco.
Puede presentarse de manera aislada o asociada a otras malformaciones cardiacas como el conducto arterioso persistente, defectos del tabique interventricular y la válvula aórtica bicúspide.
Actualmente se reconocen dos grandes grupos etiológicos: las adquiridas (fiebre reumática, endocarditis) y las genéticamente determinadas (bicúspide, degenerativa) (1).