Sobre las células pilosas del vestíbulo se encuentran unos cristales de carbonato de calcio, conocidos en lenguaje técnico como otolitos y en lenguaje coloquial como arenilla del oído.
Son acrecencias de materias sólidas que llegan a ser tan pequeñas como granos de arenilla, o, en ocasiones muy remotas, tan grandes que ocupan todo el espacio de la vesícula.