Yo estaba fascinada con lo sucedido, me invadió un sentimiento de nostalgia por la inocencia perdida, y al mismo tiempo unas ansias de cambio, aperturismo y liberación.
La ungüento no era un curalotodo como los demás, pero no podía dejar pasar aquel anuncio que producía silencio en la sala y ansias en los ojos de algunas damas.