Eran los rosales por aquel tiempo, pomposos y abarcadores; el cultivo y la reproducción repetida hasta lo infinito han atrofiado la antigua exuberancia.
Una gran variedad de plantas indígenas como coronillas, ceibos, guayabos, azareros y plumerillas, hongos y helechos se mezclan con lavandas, hortensias, mimosas y rosales varios.
Entre los órdenes con más representación están los mirtales y rosales, con 7 familias; seguidos por sapindales y liliales (6 familias) y fabales, malvales y violales (5 familias).