La represión fue condición necesaria de la posibilidad de implementación del programa, porque de otro modo se hubiese hecho imposible por la resistencia obrera.
La vida se hace como trabajadora de su siembra, como obrera de su palabra, como jardinera de sus flores, como cantadora de sus prodigios... como Él te mandó hacer la.
La sociedad-fábrica se articula en torno al conflicto entre el capital y el trabajo, y por tanto sitúa a la clase obrera en el centro de las relaciones sociales.
Hemos visto que tanto sindicalistas revolucionarios como anarcosindicalistas comparten una visión del sindicato como lugar de organización de la clase obrera.