La muerte o la victoria pondrá el sello a nuestros afanes: ellos seguirán sin intermisión, hallándonos siempre el riesgo en cualquier parte que se nos presente.?
Aunque algunos de estos usos ya no se den del mismo modo los tóxicos empleados, por su carácter bioacumulativo, siguen en nuestros cuerpos y en los de nuestros hijos.
Nuestros hijos son nuestros maestros, están aquí para enseñar nos que debemos rectificar en nosotros, y nos brindan siempre una oportunidad de emendar.