Amour es un filme muy visual, con una impecable puesta en escena, un meduloso manejo de los tiempos, los silencios, los movimientos de la cámara y los espacios vacíos.
De contado despedazó los miembros, se aparejó una cena y se puso a comer como montaraz león, no dejando ni los intestinos, ni la carne, ni los medulosos huesos.
La comprensión de la dimensión espiritual del hombre puede darse a veces intuitivamente, o bien, a través de un largo y meduloso proceso de estudio y trabajo interior.