Estas anomalías se pueden detectar con instrumental electrónico tal como los magnetómetros, medidores geiger, galvanómetros, sensores piezo eléctricos o termómetros de rayos infrarrojos.
En algunas ocasiones llegan a enloquecer las brújulas y los magnetómetros, produciéndose intensas corrientes inducidas en los cables de transporte telefónico y eléctrico.