Las organizaciones deben procesar información, generalmente confusa y enigmática, para percibir cambios, trayectorias y tendencias que ocurren en su medio ambiente externo.
Otras veces estos esfuerzos por teorizar son demasiado románticos, y ven utopías anarquistas o autónomas, donde lo que hay es una realidad compleja y confusa.
Inclusive al rechazar la facticia, ambigua, confusa, difusa e irreal clasificación de los hombres y las ideas que, con parcialidad absolutista pretende encasillarles en derechistas e izquierdistas.