De no ser así, la democracia naciente no tendrá un asidero sólido en la sociedad, y podrían prender intentos de regresión autoritaria o de aventurerismo revolucionario.
Esta alternativa implica olvidar por completo el aventurerismo librecambista y controlar el manejo de las divisas, evitando su desperdicio en bienes de consumo suntuario.
Esto lo piensan, los que consideran que hay que asaltar la montaña y prender la pradera (aunque no estén dadas las condiciones) mezcla de aventurerismo, voluntarismo y romanticismo revolucionario.
Ambas, puede que tengan algún sentido, pero la desmesura en que pretenden incurrir los alcaldes de esos municipios resulta desproporcionada y de extremo aventurerismo.
Si en 1931 cayeron en el aventurerismo revolucionario, en 1936 han convertido su posición de defensa de la república democrática en una fuerza reaccionaria en período de revolución socialista.
Pero, sobre todo, esto habla de un aventurerismo político y una actitud provocativa que da a la policía y al gobierno el pretexto perfecto para cualquier cosa.