Cuando pasé caminando al lado de ellos sentí que los envolvía un aura bestial, tuve sensaciones contradictorias: por un lado pudor y por otro curiosidad.
Los cristales imprimen en nuestra aura vibraciones que sanan, equilibran y armonizan tanto nuestros chakras (centros energéticos) como nuestros cuerpos físico, mental, emocional y espiritual.
El cabello esta mas erizado que el anterior y alrededor de su cuerpo tiene un aura muchísimo mas pronunciada, produciéndose en ella descargas eléctricas.