Lleguéme, diciendo esto, a una gran compañía donde penaban en diversos puestos muchos, y vi unos carros en que traían atenaceando muchas almas con pregones delante.
Tierra de toros bravos esta que pisamos hoy, en el cenit del verano de 2013, como si fuese necesario un calmante para la pasión atenaceada por tanta mediocridad suelta.