Permanece insensible y hasta aquiescente a las arrogaciones y a los rigores excesivos de la autoridad mientras no siente en lo vivo de sí mismo la lastimadura.
Con frecuencia se aliaban con caciques, ya sea con aquéllos que ellos mismos habían puesto en el cargo, o con antiguos caciques que se mostraban aquiescentes.
El aquiescente aquel que acepta sin rechistar la información que recibe de los representantes para evitar conflictos o compromisos y sólo coge los regalos o muestras.
Este paso del elogio o el silencio aquiescente al rechazo militante, en tiempos tan inmediatos, no puede ser explicado sino como resultado de la exigencia populista.