La racionalización de la sociedad no conlleva ninguna perspectiva utópica, sino que más bien conduce a un aprisionamiento progresivo del hombre moderno en un sistema deshumanizado.
Las raíces nerviosas que llevan la sensibilidad al pecho pasan por esta zona y si se irritan por alguna contractura o aprisionamiento óseo puede doler la mama.
Este aprisionamiento forma nódulos que traspasan a la segunda capa de la piel, que es la dermis, produciendo un desnivel que son los huecos que observamos en la zona celulítica.