Tradicionalmente las ciudades producían sus propios alimentos frescos, pero importaban muchos otros (sólo recordar la anona romana), básicamente cereales y carne que es la base de la alimentación.
Las varias formas de las frutas de la pasión, granadas, kiwis, quinotos, anonas, guayabas y tamarindos no son frutas muy comunes pero son igualmente deliciosas.